Por Jesús Méndez Jiminián
Entre
1927-28 Diego Rivera visitó la entonces
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como parte de una delegación
oficial de miembros del Partido Comunista de México, del que fuera uno de sus
fundadores, para los festejos del Décimo Aniversario de la Revolución rusa.
Rivera logró presenciar, en Moscú, algunas actividades políticas a muy poca
distancia del líder socialista Josef Stalin.
Como artista
comprometido políticamente, Rivera “Reflejó
su adhesión a la causa socialista” en muchas de sus obras. Incluso, fruto
de esta visita a la URSS realizó diversas pinturas, en las cuales se aprecian
la vida misma del pueblo ruso. En aquellos tiempos su amigo norteamericano
Alfred H. Barr Jr. le motivó para que antes de partir de Moscú, él dejará sus
impresiones a través de la pintura.
Una de las
grandes obras de Rivera en Moscú, es la frase lleva por título “Enrielando Moscú” (1927); que exhibió
el MOMA en Nueva York, la escena de esta obra muestra a varios hombres
trabajando afanosamente en las vías del tren; una de las tantas que por
aquellos tiempos activaban la economía rusa, bastante agrietada a causa de la
recién finalizada revolución bolchevique liderada por Lenin.
En total
Rivera realizó más de 45 pequeñas obras sobre distintas escenas en la capital
soviética y, algunos otros lugares visitados por él. En la mayoría de estas
escenas aparecen militantes del Partido Comunista ruso portando grandes banderas
rojas, y manifestándose en la Plaza Roja de Moscú, lugar central de dichas
manifestaciones. Todas estas pequeñas pinturas fueron realzadas por el artista
en 1928.
Durante esta
época tanto México como la Unión Soviética emergían de sus respectivos procesos
revolucionarios. La presencia del artista mexicano en Moscú marcó el
renacimiento de la pintura de mural.
En la
exposición que exhibió en febrero de este año el Museo del Arte Moderno (Moma)
de Nueva York, también se muestran algunas fotografías de Rivera durante la
realización de sus trabajos, en su estudio, en este Museo en 1931 cuando se
encontraba en la Gran Manzana. Además, en el MOMA se exhibieron muchos recortes
de periódicos neoyorquinos de la época, tales como: The New York Times, que trae un reportaje sobre Rivera en su
edición del domingo 15 de noviembre de 1931; por su lado, el New York Herald Tribune también realizó
otro reportaje, sobre el afamado muralista mexicano, que apareció el domingo 22
de noviembre de ese año. Asimismo, la afamada revista norteamericana FORTUNE
de marzo de 1932 presentó en su interior un trabajo sobre el pintor, lo
mismo que la revista rusa CAMPO ROJO (Kragnaia Niva) que en su edición número
12 presenta en su portada de 1928, una ilustración de Diego Rivera.
También en
la exhibición se mostró una fotografía de Rivera, que le fuera tomada por su
amigo Alfred H. Barr Jr., en Moscú, el 13 de febrero de 1928. Durante su
estancia en la URSS, Rivera convivió con Alfred H. Barr Jr. y a Jere Abbott,
que poco después se convertirían en el primer director y subdirector del Museo
de Arte Moderno, respectivamente” de Nueva York.
Manhathan,
Nueva York.
3 de febrero de 2012.
El autor es ingeniero, escritor,
miembro de la Academia Dominicana e la Historia y de la “Cátedra José Martí” en
la UASD.
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