Por Jesús Méndez Jiminián
“Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender”.
José Martí (1853-1895)
A mi apreciado amigo José C. Novas y a mi prima Julia en Nueva Jersey.
José Vasconcelos |
Vasconcelos antes de pisar tierras dominicanas había estado en la vecina isla de Puerto Rico, en actividades similares a las que desarrolló en nuestro país. Su principal objetivo entonces, era dar a conocer la que sería en su prolífica carrera como escritor, su principal obra filosófica, La Raza Cósmica. Pero, además, poner en conocimiento del pueblo dominicano su labor como educador, y sobre todo, la gestión que llevó a cabo en su natal México como Rector de la UNAM, y como Secretario de Educación tras el triunfo de la Revolución Mexicana (1910).
En su primera visita a la República Dominicana, en 1926, Vasconcelos estuvo en La Romana, San Pedro de Macorís, Santo Domingo, La Vega, Santiago y Puerto Plata. Y, regresaría por segunda ocasión a Ciudad Trujillo, en enero del 1947, invitado por la Universidad de Santo Domingo, cuyo rector era entonces Julio Ortega Frier. Ambas visitas tuvieron motivos distintos, tanto en lo político como en lo cultural.
De José María Albino Vasconcelos Calderón (Oaxaca, 27 de febrero de 1882- ciudad de México, 30 de junio del 1959), es importante destacar, que además de educador y político era abogado, escritor, filósofo y funcionario público. Entre sus funciones públicas, además de las indicadas anteriormente, es preciso señalar que fue director de la Biblioteca Nacional de México (1940-1946); miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Colegio Nacional. Se gradúo de derecho en el 1907 y figuró entre los fundadores del llamado Ateneo de la Juventud Mexicana luego conocido con el nombre de Ateneo de México, junto a una pléyade de destacadas figuras de la educación y la cultura como Antonio Caso, Amado Nervo, el humanista dominicano Pedro Henríquez Ureña, entre otros. “Vasconcelos y la generación del Ateneo sientan las bases para una ambiciosa recuperación de lo nacional mexicano y de lo latinoamericano como una identidad que, además de real, fuera viable en el futuro, y sobre todo que no dependiera de lo extranjero para un progreso sostenido…’’.
Adolfo de la Huerta, José Vasconcelos, Diego Rivera y Pedro Henríquez Ureña |
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“Es de este primer periodo de vida pública de Vasconcelos - se ha dicho - del que ha surgido, como una suerte de leyenda, la idea de que fue él quien acuñó el lema más célebre del maderismo: “Sufragio efectivo, No Reelección” (…) El genio de Vasconcelos (en el campo de la política mexicana, n. de j.m.j.) radicó, sin embargo, en haber rescatado esa frase’’ usada por figuras mexicanas en contra del dictador Porfirio Díaz, y luego empleada por don Benito Juárez, en 1871.
A partir de entonces Vasconcelos se convertirá en un exiliado por antonomasia de su patria, con idas y venidas de acuerdo a la coyuntura política, pero también siendo encarcelado varias veces por sus actividades de corte político.
Luego de la proclamación del Plan Agua Prieta en México, en 1920, Vasconcelos es designado primer rector de la Universidad Nacional de México, en el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta, y ocupa tales funciones desde el 9 de junio de 1920 hasta el 12 de octubre de 1921; es durante este periodo, en el que Vasconcelos propone que se incluya en el escudo de la UNAM el lema: “Por mi raza hablará el espíritu”. A su llegada a la alta casa de estudios, Vasconcelos dirige sus primeras palabras, entre las que cabe indicar estas: “Yo no vengo a trabajar por la Universidad, sino a pedir a la Universidad que trabaje por el pueblo”.
‘’Tras reorganizar la estructura de la Universidad Nacional, Vasconcelos fue nombrado Secretario de Instrucción Pública, y desde esa posición inició su ambicioso proyecto de difusión cultural en el país, con programa de instrucción popular, edición de libros y promoción del arte y la cultura. El objetivo era integrar a México de manera más amplia en las grandes transformaciones que siguieron al fin de la Primera Guerra Mundial. Vasconcelos, un personaje carismático y capaz de entusiasmar a sus colaboradores, hizo de los maestros rurales un ejército de paz y de cada profesor, según su propia metáfora de raíz católica, inspirada en el sacrificio de los misioneros del periodo colonial, un “apóstol de la educación”. Al trabajo de los maestros rurales sumó el apoyo, nunca antes visto en México, de la educación masiva de algunas de las más grandes obras del pensamiento europeo y occidental, que fueron distribuidas por todos los rincones del país en lo que Vasconcelos no dudó de calificar como Misiones Culturales’’.
De sus grandes aciertos culturales y humanísticos surgieron en México expresiones artísticas, y por supuesto, grandes artistas de la pintura, muralistas como: Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, entre otros. Y mantuvo relaciones a nivel internacional con figuras de renombre como Gabriela Mistral, y el político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre.
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De manera, pues, que ese fue el José Vasconcelos que vino en aquel mes de junio de 1926 a visitar a La Vega, y que en menos de tres años, más tarde, se convirtió, en 1929, en candidato a la presidencia de México, enfrentándose en una campaña desigual al oficialista Pascual Ortiz Rubio.
Casino Central de la Vega |
En su obra “Cuatro visiones de Santo Domingo”, compilada por el intelectual mocano Julio Jaime Julia aparece la siguiente descripción que nos brinda Vasconcelos al llegar a las costas dominicanas procedente de Puerto Rico, el 10 de junio de 1926: “El barco atracó el muelle de La Romana. Una entrada bien protegida, costas ligeramente elevadas, campo verde, palmeras y casas de madera, colores vivos, automóviles, buenos pavimentos, gente con vestidos ligeros y muy aseadas… En esta tierra había una banda de música y grupo de comisionados particulares’’.(Véase en: Vasconcelos, Arasguitain, Inman y Ugarte, compilación de Julio Jaime Julia. Mediabyte, S.A., primera edición, Santo Domingo, R.D., 2000, p.11).
Más adelante, dice Vasconcelos en la citada obra, lo siguiente: “En cada pueblo nos recibía el Ayuntamiento y formaba la escuela con sus niños vestidos de limpio… llegamos a San Pedro de Macorís… “Me siento feliz –dijo- en la patria dominicana; pero traigo todavía en el corazón la espina de Puerto Rico y brindo por los hombres que allá luchan por la independencia”. (p.12)
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Posteriormente a su conferencia en San Pedro de Macorís, en el Ayuntamiento, Vasconcelos estuvo en Santo Domingo unos días (del 11 al 13 de junio, 1926) y en su primera conferencia, estuvo presente el presidente Horacio Vásquez y todo su gabinete. Fue presentado en la capital dominicana en el Teatro Municipal por el destacado intelectual dominicano Don Federico Henríquez y Carvajal. Y, dio una conferencia el domingo 13 de junio en horas de la mañana, en la Casa de España, donde un serio conflicto provocó la presencia de Vasconcelos con uno de los presentes, que lo acusó de ser ‘’enemigo de Rey de España’’.
Al finalizar esta actividad Vasconcelos se dirigió a La Vega en compañía del licenciado Rafael Estrella Ureña, Francisco Prats Ramírez, Vicente Tolentino R. y su compatriota, que residía en el país, el general Guadalupe Vásquez, entre otros.
El entonces corresponsal del periódico santiagués El Diario, en La Vega, Eugenio del Orbe C. anunciaba el día 11 de junio de 1926, página 3, a través de ese medio que, “El eminente Vasconcelos vendrá a La Vega”. Y, detallaba la información de esta manera: “El Comité Pro-recepción José Vasconcelos se reunió anoche (10 de junio 1926) en los salones del Casino Central para tratar los actos que se celebrarán en esta Vega Real, con motivo de la llegada de este eminente humanista: José Vasconcelos. Las diferentes comisiones están integradas por distinguidos intelectuales de esta ciudad, y bajo la cooperación de la sociedad “Amor al Estudio”, “La Progresista” y “Casino Central”. Con tal motivo nuestro distinguido, culto e inteligente joven amigo, señor Don Ramón María Calderón, Presidente del Casino Central, ha salido en el día de hoy para la ciudad de las Torres Cristalinas (se refería a Santo Domingo, n. de J.m.j.) en diligencias al respecto. La Vega – sigue diciendo la nota- que siempre ha demostrado ser una población culta, se prepara debidamente a recibir al ilustre Vasconcelos’’. (Viernes 11 de junio de 1926, Año XXIV, Núm. 10, 206).
En su obra “Cuatro visiones de Santo Domingo”, compilada por el intelectual mocano Julio Jaime Julia aparece la siguiente descripción que nos brinda Vasconcelos al llegar a las costas dominicanas procedente de Puerto Rico, el 10 de junio de 1926: “El barco atracó el muelle de La Romana. Una entrada bien protegida, costas ligeramente elevadas, campo verde, palmeras y casas de madera, colores vivos, automóviles, buenos pavimentos, gente con vestidos ligeros y muy aseadas… En esta tierra había una banda de música y grupo de comisionados particulares’’.(Véase en: Vasconcelos, Arasguitain, Inman y Ugarte, compilación de Julio Jaime Julia. Mediabyte, S.A., primera edición, Santo Domingo, R.D., 2000, p.11).
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Más adelante, dice Vasconcelos en la citada obra, lo siguiente: “En cada pueblo nos recibía el Ayuntamiento y formaba la escuela con sus niños vestidos de limpio… llegamos a San Pedro de Macorís… “Me siento feliz –dijo- en la patria dominicana; pero traigo todavía en el corazón la espina de Puerto Rico y brindo por los hombres que allá luchan por la independencia”. (p.12)
Posteriormente a su conferencia en San Pedro de Macorís, en el Ayuntamiento, Vasconcelos estuvo en Santo Domingo unos días (del 11 al 13 de junio, 1926) y en su primera conferencia, estuvo presente el presidente Horacio Vásquez y todo su gabinete. Fue presentado en la capital dominicana en el Teatro Municipal por el destacado intelectual dominicano Don Federico Henríquez y Carvajal. Y, dio una conferencia el domingo 13 de junio en horas de la mañana, en la Casa de España, donde un serio conflicto provocó la presencia de Vasconcelos con uno de los presentes, que lo acusó de ser ‘’enemigo de Rey de España’’.
Al finalizar esta actividad Vasconcelos se dirigió a La Vega en compañía del licenciado Rafael Estrella Ureña, Francisco Prats Ramírez, Vicente Tolentino R. y su compatriota, que residía en el país, el general Guadalupe Vásquez, entre otros.
¿Cuál fue la impresión de Vasconcelos a su paso por algunos pueblos del Cibao, su gente y otros temas antes de llegar a La Vega?
Dejemos que sea el ilustre huésped quien nos describa las imágenes siguientes de aquel inolvidable viaje camino al Cibao:
“Las poblados relucen, la gente va vestida de limpio y los que salían a recibirnos –dice- dejaban en nuestros autos ramos de flores… Los niños recitaban bien; los hombres hablan con despejo; y las mujeres saben de memoria tiradas enteras del verso… en todo dominicano hay escondido un poeta. La escuela primaria también ha hecho notables progresos en los últimos años; todos los pueblos poseen edificio escolar y maestros. El problema de la pobreza se podía olvidar con un generoso resurgimiento de la pequeña industria agrícola…’’ en el Cibao. (Ibid).
La tarde del domingo, 13 de junio del 1926, llegó a La Vega desde Santo Domingo, el Ilustre José Vasconcelos a acompañado del licenciado Rafael Estrella Ureña y los demás integrantes de la comitiva. Fueron recibidos por las principales autoridades veganas, así como por directivos de instituciones culturales y educativas. ‘’El Ayuntamiento –dijo luego Vasconcelos de sus notas- nos dio la bienvenida… ‘’. (p. 21, en Cuatro visiones de Santo Domingo…).
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Pero, antes de llegar a la culta Vega Real, Vasconcelos pudo contemplar como lo hizo Martí en una de sus visitas aquí, parte del ubérrimo valle; con estas palabras emotivas quedarían para siempre las impresiones al respecto del sabio azteca: ‘’Todo aquel valle es como un parque decorado en derrededor (sic) con la vista distante de la montañas: intensa fragancia en un ambiente diáfano’’. (p.22).
¿Qué otra impresión nos da Vasconcelos de este inolvidable viaje por el Cibao en su histórica visita a La Vega?
‘’La recepción que se nos hizo- comenta- a la entrada de La Vega fue conmovedora. La población se asienta engreída de su esplendida belleza. Por una especie de ley geográfica, en esta región alta, que es la más fría de la isla predomina la raza blanca y se encuentra a menudo el tipo hermosísimo de la criolla iberoamericana’’. (Ibid).
La mujer vegana dejó impresionado a Vasconcelos por su belleza. Agregando algo más respecto al tema de la raza en el Cibao, especialmente en sus mujeres, Vasconcelos nos comenta: ‘’…como en todo país de raza mezclada, se encuentran allí (en La Vega de j.m.j.) todos los tipos, desde el muy voluptuoso de ojazos negros y cintura flexible, hasta la rubia un poco tostada, pero de silueta ondulante y fina’’. (Ibid)
Y agrega luego:
‘’ La Vega se veía magnífica en medio del aquel valle florido, con sus nuevas casas y sus calles limpias y la ancha plaza (es decir, donde hoy está el parque Duarte, la catedral y sus alrededores, n. de j.m.j.) llena de gente endomingada
Los niños – prosigue Vasconcelos- formaban militarmente; grupos de niñas vestidas de blanco a- potaban ramos de flores… Después de cambiar saludos y de prometer que volveríamos esa misma noche, seguimos para Santiago de los Caballeros’’. (p.23).
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VASCONCELOS EN EL TEATRO LA PROGRESISTA
Después de los saludos efusivos a los munícipes de Santiago, y de una breve estadía, fugaz podríamos llamarla, de Vasconcelos en Santiago de los Caballeros aquel domingo 13 de junio de 1926, al caer la tarde y bien entrada la noche, se produjo su segunda visita ese mismo día a la cuidad de La Vega.
Desde las páginas del periódico santiagués EL DIARIO, dirigido por el destacado intelectual Ramón Emilio Jiménez, aparece la siguiente nota informativa previo a la conferencia de Vasconcelos aquella noche en el Teatro de La Progresista, en La Vega:
‘’Para acceder a la cortés invitación que le hiciera el culto pueblo vegano- dice la nota-, que anhelaba fervientemente escuchar la autorizada palabra del insigne Dr. José de Vasconcelos, éste acordó dar una conferencia en aquella localidad, después de la retreta (en el parque Duarte de Santiago, n.de j.m.j.) que le fue dedicada anoche y de la recepción que tenía preparada la sociedad Club Santiago.
A las 9:15 (p.m) salió el ilustre humanista, acompañado de Secretario Estrella Ureña, de su admirado compatriota el Gral. Guadalupe Sánchez y de los jóvenes intelectuales Francisco Prats Ramírez, Cristian Lugo, Licdo. José R. Cordero, Emilio A. Morel, Vicente Tolentino R., M. Morillo y R. Emilio Jiménez.
El teatro La Progresista estaba lleno de selecto público (todavía pasadas la 10 de la noche de aquel día, n. de j.m.j.) ávido de escuchar al apóstol. Hizo la presentación el Licdo. Elías Brache, leyendo unas bien escritas y mejor pensadas palabras acerca de las ideas de su presentado, y muy aplaudido.
El Dr. Vasconcelos se puso de pie y tras un hermoso, sentido y elocuente exordio, lleno de la satisfacción que lo domina con motivo de la hermosa acogida que le ha hecho el pueblo dominicano, hablo durante cerca de una hora sobre uno de los aspectos de su gran obra de reformación social: la influencia de la arquitectura en el espíritu de nuestra raza, tema interesantísimo, tratado con la maestría con que sabe él tocar todas las cuestiones que caen bajo el dominio de su pluma.
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El público le tributó una estruendosa ovación y momentos después la intelectualidad vegana le ofreció un Champagne d ‘ Honneur por órgano del alto poeta y afamado cuentista Fabio A. Fiallo, quien tocó con sus hermosas palabras la fibra de sentimiento patriótico. El Dr. Vasconcelos, estaba visiblemente fatigado y se limitó a dar sencillamente las gracias. Luego hablaron sucesivamente el Gobernador Cordero (se refiere a Teófilo Cordero, n. de j.m.j.), el Licdo. Estrella Ureña, con su elocuencia acostumbrada ambos, y el culto (y) joven escritor Cristian Lugo, de la briosa juventud intelectual El Paladión, regresando todos a esta ciudad (Santiago de Los Caballeros, n. de j.m.j.), cerca de las dos de la madrugada’’ del lunes 14 de junio del 1926.
Así finalizaba la segunda histórica visita del sabio mexicano José Vasconcelos a la cuidad de La Vega, el domingo 13 de junio del 1926, hacen ya casi 90 años.
Edgewater, Nueva Jersey, USA.
5 de marzo de 2015
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