Por
Jesús Méndez Jiminián
"Duarte no vacila un
instante. Corre desalado a ofrecer a su patria en armas lo único que le queda:
su nombre y su vida..." ~ Federico García Godoy (1857-1924)
Federico García Godoy |
A raíz de celebrarse en
el país el primer Centenario del Natalicio del padre - fundador de la
dominicanidad, en 1913, don Federico García Godoy escribió un brillante ensayo
titulado "Duarte", que
aparecería en el año 1916 en su obra "De
aquí y de allá", publicada en la ciudad de Santo Domingo, en la
tipografía "El Progreso",
cuyo propietario era el señor Emiliano Espinal.
Ese ensayo,
escrito poco antes de episodios dolorosos, que García Godoy al referirse a los
de la Ocupación Militar Norteamericana (1916-1924), llamó "acerbísimos dolores que desgarran el corazón
de la patria..." era, sin dudas, una respuesta patriótica en medio de
tan infelices sucesos a aquel bochornoso acto de los norteamericanos.
En medio de tan amargos y dolorosos
sucesos, decía García Godoy, que la figura excelsa de Juan Pablo Duarte
aparecía fulgurante, única, sin paralelo... adscrito a un ideal de amor patrio
ilimitado, sin la más leve mezcla de intereses mezquinos, sin claudicaciones y
sin máculas.
Con gran acierto,
a seguidas, salieron de la brillante pluma de don Federico García Godoy, estas
líneas sobre la figura del patricio:
"Tiene todo el valor
representativo de un héroe... Aunque se le confirieran elevados grados
militares no fue nunca un guerrero. En un momento tan crítico, el más pavoroso
sin duda de la historia de su pueblo, tuvo la conciencia de un supremo deber de
redención colectiva que se le imponía, y lo cumplió resueltamente presto a
todos los holocaustos. Alimentó la llama de su fe patriótica, ofrendándole sin
el más leve titubeo, con la serenidad y decisión de quien cumple un deber
rudimentario, cuanto el hombre considera de más precio en la vida: amores,
bienes de fortuna, ambiciones de poder y gloria...".
Entre Duarte y su
medio, apunta más adelante García Godoy, debieron de existir "conexiones muy intimas...
En
el solo se ve lo mejor, lo óptimo que podía dar de si una colectividad
ignorante y plena de preocupaciones como era la sociedad dominicana de su
tiempo".
Y luego García
Godoy refiriéndose a los sentimientos de Duarte para con sus compatriotas, señala
lo siguiente:
"En ningún corazón vibraron con tal ímpetu
los dolores y las angustias de la inmensa mayoría de sus compatriotas. Duarte
vio, sintió el mal, y con mirada perspicaz, preñada de adivinaciones, se dedicó
a buscar y a aplicar el remedio. La patria... casi moribunda, tendía en
pavoroso desconsuelo los brazos al espacio obscuro, mudo-como la esfinge, sin
que nadie pudiese brindarle consuelo en tan horrible desamparo".
Juan Pablo Duarte |
Uno de los principales
detalles que sobre aquel joven de ideas iluminadas y verdaderamente
revolucionarias, que era Juan Pablo Duarte nos lo apunta García Godoy en su
ensayo, es el de su viaje a Europa, donde pudo - dice - "recorrer pueblos
que disfrutaban de plena libertad, que fulgían en el en el pináculo de la civilización”, y así logra comparar
esto con el suyo ocupado por los ha Manos desde hacíamos de una década
entonces.
La labor secreta,
silenciosa de Juan Pablo Duarte a través de la fundación de la sociedad
patriótica "La Trinitaria",
sin dudas, muestra la fe de él y de sus correlegionarios "en la emancipación del país".
Al referirse a
este trascendental paso de Duarte, para consumar nuestra independencia como
nación, García Godoy apunta sobre la creación de "La Trinitaria", que a través de ella "comenzaba la labor
redentora..., labor de verdaderos carbonarios, gestación fecunda en la
sombra..., que, cuando surgió en la superficie, cuando hizo irrupción
desbordante en plena luz, fue para dar de si, como jugoso fruto, un nuevo
organismo nacional, una república capaz de realizar determinadas finalidades de
luminosa vida democrática".
Y señala más
adelante don Federico García Godoy, que cumplida esta misión, el patricio
"solo pudo gozar breves instantes de su empeño magnifico y trascendental
de redención y de gloria".
"El eximio patricio - anota García Godoy
refiriéndose a Duarte - en la hora de congoja pudo decir, como otro insigne
libertador de pueblos "que había arado en el mar”… de una republica
cimentada en una organización jurídica enteramente propicia al gradual y
metódico desenvolvimiento de una vida democrática, fecunda y civilizadora, se
había pasado, de un sopetón, a un régimen de tribu (el de Santana n. de j.
m.j.)… al personalismo perturbador…” es decir, a ese personalismo que
ensombrece y hace languidecer el desarrollo armónico de los pueblos.
Pero aun, hoy día muchos dominicanos
perversos se burlan de las sagradas enseñanzas de Duarte, desfalcando el erario
publico, siendo cómplices y actores del narcotráfico; mancillando el honor de
Duarte al poner en practica su afán desmedido de lucrase, y dando la espalda al pueblo aquellos que una vez
alzados con el poder se olvidan de
los que sufren en carne y hueso
abatidos por la miseria, logrando así
poner la patria por debajo de sus
insaciables apetencias personales.
Concluye don Federico García Godoy su homenaje a
Duarte, sin lugar a dudas, el más ilustre de todos los dominicanos, con estas estremecedoras palabras:
''En ningún rincón de la tierra nativa se alza
todavía, como elocuente y objetiva enseñanza de permanente alza moral, el bronce o el mármol escupido por el arte que sea perdurable símbolo de su gloria edificante y magnifica. El tiempo -finaliza -, demoledor
implacable de nombradías usurpadas, aumenta cada día mas el prestigio de su personalidad preclara, nombrándola
con ineclipsables refulgencias".
Duarte hoy mas que nunca
se coloca más arriba, mucho más, de todas las miserias humanas. Su figura
refulgencias seguirá iluminando la senda por donde habrán de transitar aquellos
que buscan cada día levantar la dominicanidad con verdadero tesón, y orgullo.
El autor es miembro de la Cátedra José
Martí en la UASD.
0 comments:
Publicar un comentario