Por el Dr. Joaquín Alberto Ramírez
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| Senador por Alaska, Ernest Gruening |
El senador Gruening también le cableó el día siguiente en la tarde esa sugerencia al gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín. Este último sugirió mediante telegrama al presidente Kennedy que no diera respaldo al gobierno del triunvirato dominicano, y agregaba «Estados Unidos debía demostrar una posición más fuerte a favor de los gobiernos democráticos del hemisferio, de lo contrario, podría provocarse una reacción en cadena de golpes militares en América Latina».
El gobernador Muñoz Marín ordenó a Heriberto Alonso recoger en una avioneta al expresidente Juan Bosch y a transmitirle el mensaje del embajador Enriquillo del Rosario de la importancia de que el depuesto mandatario permaneciera en Puerto Rico. Allá, en Puerto Rico, el expresidente Bosch fue recibido por su esposa, Carmen Quidiello. Luego fue trasladado a La Fortaleza para entrevistarse con Muñoz Marín.
El presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, Santiago Polanco Abreu, ya estaba en Washington cabildeando el retorno de Bosch al poder, sin embargo, varios funcionarios del Departamento de Estado y del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos condicionaban ese apoyo a una declaración «fuerte y sincera» del expresidente dominicano contra el comunismo.
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Recibimiento de Luis Muñoz Marín en República Dominicana por su presidente Juan Bosch. 13/junio/1963
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Más que restaurar a Bosch en el poder, el Departamento de Estado barajaba la posibilidad de que el triunvirato convocara a nuevas elecciones. Esa decisión fue protestada por el gobernador boricua, quien entendió que nuevas elecciones serían una burla a la democracia, a los Estados Unidos y al pueblo dominicano.
Muñoz Marín le confió a José Teodoro Moscoso, coordinador de la Alianza para el Progreso, que había un movimiento de militares leales al expresidente para ejecutar un contragolpe a cargo de un teniente coronel, pero no mencionó el nombre del mismo.
Ese teniente coronel no mencionado era Rafael Tomás Fernández Domínguez, a quien el triunvirato también lo mandó al exilio, disfrazado con el pomposo cargo de agregado militar ante la embajada dominicana en España, y sus 11 compañeros académicos fueron retirados de las filas de las fuerzas armadas el 10 de octubre.
Sobre el autor de este ensayo Dr. Joaquín Alberto Ramírez
