Lic. Jesús Méndez Jiminián
Ing. Amado Padrón, presidente de la sociedad cultural
Alianza Cibaeña
Señores de la Mesa Directiva
Amigos y amigas.
Nos complace
participar en la presentación del libro “El Gobierno Constitucional y Revolucionario del Presidente Caamaño”, una de las numerosas obras escritas por el destacado investigador histórico Jesús Méndez Jiminián.
Esta obra tiene una dedicatoria especial a una persona
apreciada y admirada por la comunidad académica, el educador Jacobo Moquete,
participante en la Revolución Democrática de 1965, fundador del Movimiento Renovador de la UASD
y actor fundamental en la apertura de la UASD en Santiago. Además, tío político
del autor.
En la obra “El Gobierno Constitucional y Revolucionario
del Presidente Caamaño”, Jesús Méndez Jiminián
continua sus reflexiones sobre
personajes fundamentales de la historia
de la República Dominicana y América.
En esta ocasión aborda el papel cardinal del héroe
nacional Francisco Alberto Caamaño
Deñó en el contexto de la Revolución
Constitucionalista de 1965.
Su atención principal
se concentra en el gobierno revolucionario que encabezó el presidente
constitucional Caamaño, en cuatro meses
“de arduo trabajo, intensas negociaciones y jornadas de mucho sacrificio”.
El Edificio Copello se convirtió en la sede del
gobierno en armas del 4 de mayo, hasta
la mañana del 3 de septiembre de 1965.
Muchos se preguntan cómo fue posible resistir durante
cuatro meses en un perímetro tan pequeño
de la ciudad intramuros, sin
armamentos de igual calibre, al que
tenían las fuerzas invasoras, sin una retaguardia, y con el control del resto
del país por las llamadas fuerzas regulares del gobierno de reconstrucción del
General Imbert.
Por eso el coronel Caamaño en su discurso de entrega
de su mandato presidencial señaló “nunca tal vez en la vida de los dominicanos
se había luchado con tanta
tenacidad contra un enemigo tan
superior en número y en armas. Luchamos,
sí, con bravura de leyenda, porque íbamos
desbrozando con la razón el camino de la historia.
No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos”.
Esta obra recoge las decisiones tomadas en las
numerosas reuniones realizadas por el gobierno constitucional del presidente Caamaño. La
primera tuvo efecto el 5 de mayo del 1965 con la Comisión Especial de Ministros
de Relaciones de la OEA, donde se
acuerda un “cese al fuego”.
Como consigna
Jesús Méndez periódicamente se dieron “otros encuentros que tuvieron
como eje central el curso de la Guerra Patria”.
El historiador Jesús Méndez Jiminián |
En esta reunión Caamaño ratificó que su gobierno mostraba apego irrestricto
a la Constitución de 1963. Además,
desmintió con gallardía una afirmación del embajador
norteamericano Bunker de que en el país
existían dos grupos en pugna por la guerra.
El de Imbert es un grupo artificial que lucha contra
el pueblo dijo Caamaño.
En su obra Jesús Méndez señala que “el tema de la
figura que encabezaría el gobierno provisional vino a acaparar la atención de los miembros del
gobierno constitucional con la comisión ad-hoc de la OEA en la reunión del 1º
de Julio del 1965”.
En los dos meses
anteriores, se estuvo barajando a Antonio Guzmán como esa figura, sin embargo, esta
propuesta no progresó, en virtud de que
los norteamericanos condicionaban su apoyo a que tomara medidas indignas.
Se inició un largo, difícil e intenso debate
sobre esta propuesta. Varios miembros
del gobierno constitucional se opusieron a Héctor García-Godoy, entre
ellos Héctor Aristy y Jottin Cury.
Finalmente, con la no objeción del PRD Héctor García-Godoy
es aceptado para presidir el Gobierno Provisional, con cuatro votos a
favor, dos en contra y una abstención.
La votación fue de la siguiente forma:
Senado de la República
Sí
acepta (Casimiro Castro)
Cámara de Diputados
Sí
acepta (Cedeño Valdez)
Gabinete Ministerial
Sí
acepta (Ledesma Pérez)
Estado Mayor del Ejército
Se abstiene en razón de que
no son deliberantes, y promete acatar lo que resuelva el Gobierno
Constitucional.
Partido Revolucionario Dominicano
No la
objeta.
Partido Revolucionario Social Cristiano
La
rechaza
Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4)
La
rechaza
El Gobierno Constitucional y Revolucionario terminó el
3 de septiembre de 1965 cuando se
entregaba la presidencia al Doctor Héctor García-Godoy para encabezar un Gobierno Provisional.
Como consigna Méndez Jiminián, el Acta de Reconciliación Dominicana fue firmada el 31 de agosto de 1965 por el
presidente Caamaño y Héctor García-Godoy.
Esta Acta establecía entre otros aspectos:
-
Amnistía general para los militares por actos cometidos después
del 23 de abril del 1965, con excepción
de delitos comunes, y
-
Elecciones dentro de
un plazo no menor de seis meses ni mayor de nueve.
En las históricas palabras de renuncia de Caamaño como
presidente constitucional señaló: “porque me dio al pueblo el poder, al pueblo
vengo a devolver lo que le pertenece”.
Más adelante indicó “que esta sea la última vez en la
historia que un gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión
de fuerzas nacionales y extranjeras”.
Terminó sus palabras jurando “luchar por la unión de todos los sectores
patrióticos para hacer a nuestra nación plenamente libre, plenamente soberana,
plenamente democrática”.
Tal como señala Jesús Méndez la Revolución
constitucionalista de 1965 es el acontecimiento más importante del siglo XX.
La historia es
un producto del quehacer colectivo. Es obra de los pueblos que constituye la
fuerza decisiva del desarrollo histórico.
La Revolución constitucionalista de abril de 1965 es una expresión palpable de ello. Nunca en la historia, la población había irrumpido en la escena
pública de forma tan independiente de las élites políticas tradicionales y de forma tan
protagónica.
La guerra de abril,
es la culminación de múltiples
contradicciones que se generaron en la sociedad dominicana desde muchos años atrás, en particular desde el ajusticiamiento de Trujillo, el 30 de
mayo de 1961.
“El Gobierno Constitucional y Revolucionario del Presidente Caamaño” |
Su antecedente inmediato es el Golpe de Estado contra
el profesor Juan Bosch, apoyado por el
gobierno de Estados Unidos, según lo
expresara el propio Bosch.
Lo que empezó como una rebelión militar se transformó en una gran
insurrección popular y luego en una gran guerra patria contra los invasores
norteamericanos. Se iniciaba una revolución democrática inspirada en la Constitución
de 1963.
La consigna de
los constitucionalistas fue “retorno a
la constitucionalidad sin elecciones”, con dos figuras claves: el coronel Fernández Domínguez,
fundador del Movimiento Militar Constitucionalista y Francisco Alberto Caamaño
Deñó, gran líder de este proceso, y
prócer nacional.
El pueblo en armas había vivido una experiencia
inolvidable que dejaba muchas enseñanzas para el futuro. Había despegado una
gran espiga: el coronel Caamaño que se había
convertido en el líder de una
gran confluencia de fuerzas sociales y
políticas, de una gran coalición democrática y patriótica.
A casi cincuenta años de aquella jornada patriótica,
su ejemplo y sus enseñanzas son fuente
de inspiración para las generaciones del
presente que se esfuerzan por edificar una nación más justa, solidaria,
democrática y soberana.
Forma parte de un largo recuento de resistencia y
lucha de nuestro pueblo, que ha logrado importantes conquistas, pero que muchas de ellas siguen pendientes de ser
logradas.
El presente se construye con importantes partículas del pasado. Nunca fue más necesario que hoy, la guerra contra el olvido.
Esa promoción deliberada del olvido por las élites
dominantes, permitió que la impunidad dejara sin castigo ejemplar a los que
torturaron, humillaron y asesinaron a los luchadores de la justicia y la
libertad.
Obras como esta de Jesús Méndez Jiminián, contribuyen a
recuperar las herencias más positivas de nuestra historia.
A casi cincuenta años de aquella hazaña, el sistema político acusa un gran
deterioro moral e institucional.
La cultura política tradicional está marcada por el clientelismo, la
corrupción, la ausencia de un ideario político y de un proyecto de país.
La República Dominicana es uno de los países más
desiguales e inequitativos de América Latina y el Caribe.
La mayoría de la población sigue ausente del bienestar material y
espiritual y de la participación social y política.
Necesitamos una transición democrática. Recojamos el
legado de los héroes de abril del 1965 y
construyamos una nueva República Dominicana.
Alianza Cibaeña, Santiago
22 de Octubre de 2014